El tratamiento de aleación de zinc es un proceso electrolítico a base de Zinc-Níquel para la protección y durabilidad de tornillos y productos metálicos.
La diferencia entre los tratamientos electrolíticos de zinc tradicionales en tornillos y los tornillos zincados son varios, y los beneficios muy significativos. Desde Tormetal queremos que conozcas cómo funciona el tratamiento de recubrir zinc-níquel en tornillos y por qué cada vez más es la elección preferida de muchas empresas mayoristas que buscan la mejor protección y durabilidad para sus productos metálicos.
Ventajas de las aleaciones de zinc-níquel
Son varias los beneficios de los tratamientos de zincado en tornillos, por lo que te contamos en profundidad las principales ventajas en el recubrimiento zinc níquel de protección contra la corrosión:
Mayor resistencia a la corrosión
Una de las principales ventajas de esta aleacion es su notable resistencia a la corrosión. Mientras que los tratamientos de zinc tradicionales proporcionan una protección básica contra la oxidación, las aleaciones de zinc-níquel ofrecen una barrera mucho más duradera y efectiva. Este aumento en la resistencia a la corrosión es crucial para componentes metálicos que operan en ambientes agresivos, como la industria automotriz, la construcción y la maquinaria industrial.
Para depósitos electrolíticos de Zinc-Níquel (12-15%) se obtienen valores de dureza de 500/600 HV. Con esta dureza el recubrimiento puede soportar los daños mecánicos que suelen ocurrir durante el transporte, la selección y el montaje.
Más dureza superficial y resistencia al desgaste
Las aleaciones de zinc-níquel no solo protegen contra la corrosión, sino que también ofrecen una mayor dureza y resistencia al desgaste en comparación con los tratamientos de zinc convencionales. Esta característica es especialmente beneficiosa para componentes que están sujetos a altas tensiones y fricciones durante su operación. La mayor dureza del recubrimiento de zinc-níquel asegura que las piezas mantengan su integridad estructural y funcionalidad, incluso bajo condiciones de uso intensivo. Esto es particularmente relevante para industrias que demandan altos niveles de rendimiento y fiabilidad en sus productos..
Menor riesgo de fragilización por hidrógeno
La deposición electrolítica de recubrimientos metálicos puede introducir potencialmente hidrógeno en materiales de acero. Tal hidrógeno, bajo ciertas condiciones de los materiales y de carga, puede causar que el componente de acero termine volviéndose frágil y, por lo tanto, degradar su resistencia mecánica.
En cambio, la deposición de zinc-níquel ha demostrado ser muy adecuada como capa de protección, prácticamente sin generar hidrógeno durante su deposición electrolítica y así, minimizar la fragilización del material. Esta ventaja se atribuye al hecho de que el zinc-níquel es altamente permeable al hidrógeno y adicionalmente, se forma una fina capa de níquel puro a la interfaz con el sustrato de acero en el proceso de recubrimiento. Por lo cual, el zinc-níquel depositado electrolíticamente ofrece ventajas significativas en la prevención de la fragilización por hidrógeno, incluso en materiales de acero de alta resistencia.
Esta propiedad ha contribuido considerablemente en que la aleación de zinc-níquel se haya convertido en un acabado sustituto del cadmio, debido también a una menor fragilización por hidrógeno en aplicaciones de protección contra la corrosión sobre el acero, especialmente en la industria de la aeronáutica y en componentes de alta seguridad.
Buena conductividad térmica
Otra ventaja relevante de las aleaciones de zinc-níquel es que tiene una buena conductividad térmica. Esta propiedad es esencial para componentes que deben disipar el calor de manera eficiente, como los utilizados en sistemas mecánicos, eléctricos y electrónicos.
Este ensayo de resistencia a la temperatura se exige en muchas especificaciones en la industria del automóvil, en la que algunos de los requerimientos habituales son: 120º C durante 24 h, 150ª C durante 1 a 4 h, 180ª C durante 96 m. El resultado de los ensayos realizados sobre tornillos recubiertos con Zinc-Níquel y posteriormente pasivados, demuestran que el recubrimiento supera los requerimientos de resistencia a cámara de niebla salina exigidos por la industria del automóvil. Después de 7 días a 250 °C, muestras con 8-10 micras Zn-Ni (14% en peso de Ni) tratadas con un pasivado libre de cobalto y selladas con un recubrimiento de polímero, no muestran corrosión significativa incluso después de 768 horas en ensayo de niebla salina neutra (NSS) según la norma ISO9227.
Es un proceso respetuoso con el medio ambiente
En un contexto donde la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente son cada vez más importantes, los tratamientos de zinc-níquel ofrecen una opción más ecológica en comparación con los recubrimientos de zinc tradicionales. Los procesos de zincado en tornillos con aleaciones generan menos residuos y subproductos nocivos, y a menudo cumplen con las normativas ambientales más estrictas. Además, y una vez más, a mayor durabilidad de los recubrimientos de zinc-níquel, los reemplazos son menores.
Se pueden aplicar procesos posteriores
Después de aplicar el tratamiento de aleación de zinc, es posible realizar después tratamientos de zincado en tornillos, como pintura u otros recubrimientos adicionales. Esta es otra de las ventajas del recubrimiento zinc níquel en tornillos, ya que permiten adaptarse a diferentes requisitos estéticos o funcionales según cada aplicación.
Los componentes metálicos duran más con este recubrimiento
Todas las ventajas anteriores concluyen en que, a una mayor resistencia a la corrosión de las aleaciones de zinc-níquel, le sigue una vida útil más larga para los productos tratados, reduciendo la necesidad de reemplazos frecuentes y los costos asociados.
Conclusiones de las aleaciones de zinc-níquel
Los tornillos con un tratamiento a base de zinc-níquel representan una evolución significativa en el campo de los tratamientos superficiales para productos metálicos.
Si bien es cierto que en la actualidad ya se utiliza en el sector de automoción por todos los fabricantes, los tratamientos electrolíticos a base de aleaciones zinc-níquel se impondrán en los próximos años en la industria de forma generalizada. Tienen futuro, por sus cuantiosas ventajas, las demandas de calidad y los largos periodos de garantía que se exigen a los productos.
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