Si repasamos las actuaciones con nuestros clientes en los últimos años, podemos ver que hemos centrado buena parte de nuestra actividad en “renovar” los tratamientos superficiales de sus fijaciones. La mejora constante de los bienes de equipo es un hecho y las fijaciones, como uno más de sus componentes, no pueden quedarse al margen.
Sin embargo, nuestra experiencia nos dice que se suelen repetir una serie de errores comunes que deberíamos tratar de prevenir antes de aplicar un tipo de tratamiento superficial.
Errores en tratamientos superficiales de fijaciones:
- Los tratamientos electrolíticos fragilizan los tornillos de calidad 10.9 o superior. En este sentido, son cada vez más frecuentes los tratamientos no electrolíticos por inmersión o pulverización; como por ejemplo, los aplicados con láminas de zinc y aluminio. No obstante, ¿podemos aunar todas nuestras fijaciones bajo un tratamiento de inmersión o pulverización? Nosotros no lo recomendamos.
- La tornillería de bajas dimensiones no es susceptible de recibir tratamientos por inmersión o pulverización. Su micraje, más amplio e irregular, hace que puedan presentar dificultades de roscado o residuo en las improntas. Esto también sucede con las arandelas, que al contar con amplias superficies planas, tienden a quedarse pegadas entre ellas. Además, debemos considerar que “retirar” el tratamiento por inmersión o pulverización una vez aplicado es costoso y en muchos casos irreparable.
Este es solo uno de los casos que contemplamos, por lo que animamos a nuestros clientes a que se dejen acompañar en este proceso para poder ofrecerles el mejor asesoramiento en la asignación de tratamientos superficiales.
Nuestra recomendación es agrupar la tornillería por calidades y dimensiones. De este modo podremos determinar qué tratamiento es más afín a cada grupo, ya que unificarlo todo bajo un solo criterio es prácticamente imposible.